sábado, 17 de enero de 2009

POLÍTICA, INFLACIÓN Y CONSUMO EN 2009, La República

Enero 2009

POLÍTICA, INFLACIÓN Y CONSUMO EN 2009
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
camiloherrera@raddar.net
colombiador.blogspot.com
Especial para La República

El salario mínimo recupera la capacidad de compra de enero de 2.008, bajo una apuesta muy arriesgada de política económica: que la inflación de 2.009 sea inferior al 6%, dejando así un aumento efectivo del 1% en la capacidad de compra del salario mínimo, llevando a un hábil juego político para el electoral 2.010.

2.009 será un año de una economía menos dinámica y de política de trapos sucios. Según las proyecciones macroeconómicas de RADDAR, el PIB crecerá no más del 2,85% y la inflación será cercana al 5,7%, con un consumo de hogares creciendo sólo al 2,2%, ante la contracción monetaria del mercado. Esto nos deja con un mercado de bienes necesarios relativamente estable y la pronunciación en la caída de bienes durables como vivienda, carros y electrodomésticos. En el segundo semestre de 2.009 los precios de vivienda habrán caído a un punto tal, que si las tasas de interés están en un punto lógico, la oportunidad hipotecaría sería casi igual a la de hace 7 años.

El tema inflacionario tendrá dos frentes difíciles de manejar, y es prudente anticiparse a explicar: en febrero se publicará la nueva metodología de Inflación en el país, que incluye nuevos productos y servicios y nuevas ciudades en la medición; pero sin duda los detractores del DANE dirán que este cambio se hace para que el gobierno cumpla con la meta del 5% y que de entrada no es creíble, y la verdad es que el cambio está programado hace un año y se viene probando metodología hace más de 10 meses, lo cual demuestra que esta medición no es tema político ni coyuntural, y que tiene objetivo actualizar la canasta de consumo a bienes actuales y reconoce que se necesita información en otras ciudades que no eran estudiadas como Tunja o San Andrés. Más, el Banco Central no cumplirá con la meta de inflación, ya que tan sólo en el primer trimestre de 2.009 veremos aumentos inflacionarios muy fuertes por la devaluación del segundo semestre de 2.008; los precios de electrodomésticos y moda importada serán un claro ejemplo de esto.

Mientras tanto el mundo político manejará todas sus herramientas para posicionarse como precandidato y eliminar a sus contrincantes, alcaldes y gobernadores comenzarán a ejecutar el presupuesto efectivo de su plan de desarrollo, haciendo una sustitución entre gasto público nacional a municipal y departamental, colaborando a reducir un tanto el déficit del gobierno central y aumentando el empleo temporal no calificado en las ciudades principales, causando presión en los tributos distritales.

Ya a mediados de 2.009 veremos a muchas ciudades en obra civil y muchos discursos políticos novedosos sobre la recuperación de la cultura ciudadana, pero pocas soluciones para el tema del consumo de hogares. Es fundamental que los alcaldes vinculen en su agenda el tema del consumo de personas y de hogares – dos cosas completamente distintas – por medio de cobertura de servicios domiciliarios, tema en el que el país debe dar un debate muy serio al espiral inflacionario causado por la metodología tarifaria; se debe fortalecer el tema de abastecimiento de alimentos a las ciudades y sobre todo a las tiendas de barrios; se deben hacer más espectáculos y espacios lúdicos de bajo precio para que la capacidad de compra de las personas en Ocio aumente y su sensación de calidad de vida aumente; es decir, es momento que las ciudades comprendan que deben hacer política monetaria vía demanda, ya que el banco central no cederá mucho en sus posiciones; de lo contrario, en agosto la capacidad de compra ya se habrá contraído casi un 4%, teniendo un impacto mucho mayor que la crisis de las pirámides.

2.005 y 2.006 fueron los años de consumo, 2.007 fue el año de la especulación y 2.008 el año de las realidades, y 2.009 será el año del guayabo del consumo, lo que para muchos es el vaso vacio, pero para otros es el vaso lleno. Salimos de la cima del ciclo económico de largo plazo y aceptamos que estamos en la parte decreciente, por eso es el año de comprar y de gastar lo necesario.

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