domingo, 31 de agosto de 2008

Entrevsita a Alvin Toffler

Entrevista con Alvin Toffler
El visionario de la modernidad
Por: Luis Fernando Gutiérrez/ Camilo Herrera Mora
31 DE AGOSTO DE 2008

Las ideas, en la era de tecnología y de nuevos mercados, pueden ser utilizadas por muchos al mismo tiempo.

Es considerado en el mundo como el profeta moderno. El Espectador habló con Alvin Toffler, antes de su visita a Colombia la próxima semana. Se trata de un escritor y futurista estadounidense doctorado en Letras, Leyes y Ciencia, conocido por sus discusiones acerca de la revolución digital y de las comunicaciones y la singularidad tecnológica.

En numerosas charlas Toffler habló de las subastas electrónicas tipo e-Bay en los años 80. Anticipó la conmoción que enfrentaría la familia nuclear desde los años 60, cuando todos los expertos decían que ello nunca cambiaría. Escribió y dictó conferencias acerca de internet y sus predecesores a finales de los 70. A principios de los años 60, Toffler pronosticó el explosivo auge del computador. Escribió y dio charlas acerca del PC, los agentes electrónicos, la realidad virtual y las redes electrónicas antes de que aparecieran en el mercado.

También predijo el fenómeno en que se convertiría China y su impacto en la modernidad. Su libro La tercera ola se convirtió en referencia para el desarrollo chino.

En el libro ‘La revolución de la riqueza’ usted propone que el dinero va a ser diferente a lo que hoy conocemos, ¿cómo es esa idea?

En las economías desarrolladas los impulsos de mercado ya no son tan monetarios. En la economía tradicional se produce un bien, se vende y se obtienen unas utilidades. Pero tenemos paralelamente un sistema donde la gente produce para su consumo privado o por gusto, entonces la motivación ya no es económica. En las economías avanzadas se crean cada vez más riquezas intangibles por medio del mercado monetario, diferente a la economía tradicional. En la industria agraria, por ejemplo, una persona tiene un sembrado y nadie puede tener otro sembrado en el mismo terreno. Pero hoy con los productos de conocimiento no sucede lo mismo, los pueden utilizar varias personas al mismo tiempo, con diferentes experiencias. Por eso, las ideas y el conocimiento no son necesariamente industrias rentables. Las ideas, en una era de tecnología y nuevas formas de mercado, pueden ser utilizadas por muchos al mismo tiempo, por las economías de escala derivadas de la tecnología. Esto es algo que los economistas nunca habían tenido en cuenta. Ésa es una de las diferencias entre la economía industrial que conocemos y la nueva economía basada en conocimiento.

¿Esta nueva economía, basada en conocimiento, también incluye a la economía del entretenimiento?

Mucho del entretenimiento es básicamente intangible. Por ejemplo, usted ve y oye un chiste en televisión y al otro día todo el mundo lo cuenta en la calle, sin pagar derechos de autor. Lo que ocurrió fue que tomamos un bien de la economía monetaria y lo llevamos a la economía del consumidor, que no utiliza dinero. Lo que está sucediendo es que ahora todos tenemos acceso a tecnología y oportunidades que vienen de la economía del dinero y la utilizamos en la economía del no dinero. Es el caso de un computador, lo compro con dinero, fue producido en la industria del dinero y cuando llego a mi casa puedo producir bellas piezas artísticas solamente para mí. Yo decido si la imprimo y la vendo o la dejo en mi casa para mi goce. Por ello, el valor de un producto no está en lo que lo motivó para se producido, sino en lo que finalmente se ha dispuesto. Los economistas tradicionales se han dedicado a entender la producción desde la óptica de que debe haber beneficios cuando se produce algo, mientras que la economía del conocimiento no parte de este supuesto.

Ocurre que la economía está creando herramientas para que las personas las utilicen en la economía del no dinero, para crear nuevas satisfacciones. Le pongo un ejemplo, antes yo tenía que ir al médico a pedir una cita para que me tomara la presión arterial. Hoy puedo comprar un tensiómetro, hacerlo en mi casa y controlarme yo mismo, sin tener que pagar el médico. Así se transmite un servicio de la economía del dinero a uno de la economía del conocimiento, fundamentado en el conocimiento de tomar la presión arterial y entender el resultado, se volvió un bien libre en el mercado.

En su libro ‘El choque del futuro’, usted habla de los enfrentamientos culturales. ¿Es China hoy un choque cultural para Occidente?

El crecimiento de China refleja la aceleración que el mundo está teniendo. De lo que estamos hablando es de la aceleración. Hace muchos años los cambios eran más lentos, en la actualidad la aceleración del cambio es tan rápida que muchas veces no son perceptibles. Lo que hoy se ve en China es una posición estratégica, inteligente, altamente adaptada a los cambios al mismo tiempo.

¿Cómo se han dado esos cambios?

China era una economía agrícola, pero rápidamente movió su gente a las ciudades y así salió de una primera ola. Se implementó una política con mayor industrialización para llegar a la segunda. Pero desde 1983 impulsaron un crecimiento del conocimiento, teniendo en cuenta que no se llega a la tercera ola del conocimiento dejando atrás la industria, sino llevándola a niveles de alta tecnología para acelerar el desarrollo. De esta manera se logra dar dinámica a la las dos olas, la de la industria y la del conocimiento. Digo esto porque en 1983 fui a China a dar una conferencia y dejé una copia de mi libro La tercera ola. Lo que no sabía era que después muchos sociólogos de universidades chinas lo utilizaron para fundamentar parte de los lineamientos del desarrollo del país. Posteriormente me enteré de que se convirtió en el libro más vendido de China.

¿Por qué cree que el libro se convirtió en el más vendido?

Porque está basado en darle importancia al conocimiento, lo cual permitió que la academia en China estableciera líneas de desarrollo para el país en un escalamiento de las dos olas (industria y conocimiento), al punto que el libro llegó a estar en muchas escuelas del país. Los líderes entendieron que la manera de pasar de la economía tradicional industrial a la del conocimiento era llevando los dos procesos al mismo tiempo.

Usted plantea que la sociedad tiende a ser cada día más rápida, que cada vez hay más personas a las que se les llama “rushoholics” (que viven a toda velocidad), ¿cómo afectará esto a la familia del futuro?

Hay más presión hoy en los trabajos porque la entrada de más competencia a nivel mundial ha hecho que los niveles de productividad de las empresas tiendan a aumentar y la velocidad de producción en la actualidad es impresionante. Esto lleva a que otros niveles de la sociedad tengan esa misma aceleración, causando lo que llamo “desincronización en la sociedad”, lo cual se refleja en la vida familiar, donde todo se quiere que ocurra ya.

¿Cómo ve a Colombia en este momento?

Siento que tiene más oportunidades hoy que hace algunos años. Creo que está haciendo la tarea económica razonablemente bien, al igual que América Latina. Pero hay que hacerse una pregunta: ¿por qué la preocupación en América Latina sobre un mayor gasto militar?

¿Cree que frente a ese proceso de armamentismo se puede estar creando en la región algún conflicto por la polarización política?

No lo sé, cada país tiene intereses propios y situaciones internas específicas. No sé para a dónde va América Latina con esta política armamentista. Lo que es evidente es que hay un patrón.

RUSHOHOLICS - El Espectador

Domingo 31 de Agosto de 2008

Consumiendo
RUSHOHOLICS
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
camiloherrera@raddar.net
colombiador.blogspot.com

Algunos días parece que el sentimos que el tiempo es un bien escaso y que toca aprovecharlo lo máximo posible, y comenzamos a programar nuestro día para hacer de manera paralela muchas cosas con el fin de obtener la mayor cantidad de logros en tan sólo 18 horas. Así somos los rushoholics, según Alvin Tofflen en su libro “La Revolución de la Riqueza”, personas que somos adictas a la prisa, a hacer todo ya, porque simplemente no hay tiempo.

Esto se ve en lo cotidiano en pequeñas cosas: mientras nos bañamos ponemos a hacer el café, prendemos el computador para descargar los correos electrónicos y escuchamos noticias, mientras manejamos vamos hablando por teléfono con un cliente o proveedor para definir que debemos tener para ese mismo día; cuando llegamos a la oficina entramos a la primera reunión de día, donde contestamos correos electrónicos y mensajes de texto.

Así el colombiano promedio trabaja más de 9 horas, donde los hombres trabajamos 9,3 y las mujeres 8,8; los trabajadores de más de 45 años trabajan más de 9 horas y media, y los nuevos ejecutivos ya superan las nueve horas de trabajo, donde ni siquiera las personas en edad de ser nuevos padres (25 a 35 años) reducen su ritmo laboral.

Sin duda esta medición sólo muestra el tiempo de trabajo, pero si suponemos que a medida que las condiciones tecnológicas aumentan se pueden escalar las tareas, las generaciones tecnológicas nos demuestran que hoy en un día de trabajo, se pueden ejecutar hasta 3,5 días de trabajo, llevando a las empresas a tener en un mes, cerca de dos meses de labores efectuadas.

Esto conlleva serios problemas de calidad de vida, porque el tiempo de descanso de los empleados no alcanza a liberar el estrés de esta velocidad, al punto, que los fines de semana estos empleados comienzan a comportarse igual: salen a lavar su carro, mientas escuchan radio y leen un libro o un texto de la oficina. Lo que muestra que la capacidad de trabajar va a 350 kilómetros por hora gracias a la tecnología, mientras el descanso no logra los 50 km/h, lo que desemboca en la aparición del contrapeso del trabajo acelerado: el estrés. Y para eso lo único es meterle freno al carro de la productividad.

¿JUSTICIA? - el Nuevo Siglo

Sábado 30 de Agosto de 2008

Asimetrías
¿JUSTICIA?
Por Camilo Herrera Mora

La última semana el poder de la justicia ha sido la noticia del día, desde los juzgados del circuito hasta las altas cortes; todo parece indicar que la intocable justicia comienza a debilitarse en si misma al cometer errores que le pueden costar la falta de legitimidad y la pérdida de credibilidad.

Dos jueces de garantías, haciendo caso textual de las normas del sistema penal acusatorio dejan libres a dos delincuentes por un posible error de los fiscales o de la policía, en vez de haber tomado medidas de aseguramiento como si lo hacen con congresistas, que al final por falta de pruebas tienen que dejar en libertad; en adición a esto, las altas cortes se ve a gatas para demostrar que no tienen vínculos ni posición política, cuando acometen acciones políticas contra la Presidencia de la República, olvidando el debido proceso.

Entonces los jueces de garantías sobredimensionan el debido proceso en el sistema procesal penal, mientras las altas cortes señalan y condenan en los medios a personas e instituciones; esto desemboca en problemas sociales tan complejos como el linchamiento de un ladrón de taxi o la ostracización a que es sometida la familia del presunto violador capturado.

La justicia no puede ser política ni exageradamente rígida. La justicia no es infalible, ni es la última palabra. Sin lugar a dudas la política en Colombia tiene serios problemas, pero no por esto la justicia es la verdad revelada y mucho menos cuando los vínculos políticos y familiares reinan en el ambiente. La justicia no es un sector ejemplar, recordemos que se dan el lujo de cerrar los servicios de los juzgados en horarios únicos en el sector público.

Los jueces deben devolverle urgentemente la potestad a la justicia, porque la impunidad en que vivimos tiene mucho que ver con los errores de esta rama del poder y bajo el manto de las togas de la intocabilidad no pasa nada, porque es difícil pedir justicia cuando esta no está siendo justa.

Colombianada: este tema de la falta de credibilidad de la justicia llega a un punto tal que los equipos de fútbol que pierden un partido, le están hechando la culpa a los árbitros y no a los jugadores o a los esquemas planteados.

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jueves, 28 de agosto de 2008

LLEGO EL SIGLO XXI - La República

LLEGO EL SIGLO XXI
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de Raddar
camiloherrera@raddar.net
colombiador.blogspot.com
Especial para La República

Se dice que el siglo XX fue un siglo corto, que comenzó el 1.917 con la revolución bolchevique y que finalizó en 1.989 con la caída del muro de Berlín. Creo que el siglo XXI comenzó en 1.992 con el lanzamiento de las pruebas de la internet en los Estados Unidos, pero entonces nos veríamos avocados a considerar que el siglo XX es el siglo de la televisión que comenzó en 1.928, y olvidar que si bien el siglo XX fue el siglo de la polaridad capitalista – comunista, Estados Unidos fue el poder en el tiempo.

Si aceptamos que el siglo XXI será el siglo de la internet, y de las comunicaciones, con sus debidas implicaciones de la reducción del tiempo y el espacio, la contracción de las interacciones sociales y la universalización del conocimiento, y por ende, la crisis sobre las verdades y las informaciones a medias, sin lugar a dudas el siglo XXI es el siglo de China.

China, que comenzó el siglo en 2.005 con su participación total en la Organización Mundial de Comercio, generando desde esa fecha efectos de aumento de demanda tales, que en los últimos 20 meses hemos sentido el choche inflacionario atípico más grande de la historia. Esa civilización, que conllevará una nueva polaridad entre capitalismo social y comunismo de libre mercado, tiene más historia que la nuestra y aprovecho sabiamente los olímpicos para hacer su presentación al mundo, recordándole que son inmensos, que les debemos los grandes inventos de la historia y que son capaces de hacer muchas cosas mejor que nosotros.

Al mencionar el capitalismo social y el comunismo de libre mercado, me refiero a lo que ya está comenzando a ocurrir en el mundo ante la entrada de la economía asiática al mercado. Los países del capitalismo salvaje como Estados Unidos y Europa, comenzaron a producir en China aprovechando el dumping laboral causado por las bajas regulaciones y los costos fijos de operación, lo que desembocó en un problema de empleo en los países desarrollados, desembocando en una posición mundial contra la mano de obra asiática, llevando al mercado a un capitalismo social, como bien Marx lo había predicho en su materialismo dialéctico. Por otra parte, China recibe cada vez más flujos de capital y la capacidad de compra del mercado y la importación de modelos de consumo y estilo de vida, lo que conduce a un mayor deseo de compra y de nuevas necesidades por parte de la población, llevando a que los salarios comiencen a subir lentamente, apoyados en otras variables como falta de mano de obra calificada y escases de capacidad productiva en ciertos frentes.

Entonces el siglo XXI será testigo oculto de la centralización de las ideologías económicas, hacia un punto de equilibrio donde las personas serán lo importante y por ende su salario y capacidad de compra serán el eje fundamental del debate; esto se dará en gran medida por el aumento del conocimiento y el acceso a la información, lo que llevará a las sociedades a estar mucho más involucradas en el temática diaria y efectuando una “accountability” de mercado sin precedentes.

Más allá de darle la razón a Marx y reflexionar sobre la nueva ola que Toffler estará pensando, es más importante comprender que el consumidor será otro: será un consumidor muy preocupado por el cómo se hicieron las cosas, llevando la cadena de producción a su mismo estado de satisfacción, y por esto seguramente se involucrará políticamente en la toma de acciones contra empresas, marcas y naciones que violen o se aprovechen de las reglas de juego. Y esto se dará porque el siglo XXI es el siglo de China, de la Internet, pero también del agua y del petróleo, los cuales son escasos y serán el eje del poder mundo.

sábado, 23 de agosto de 2008

NO HAY QUIEN VENDA - El Espectador

Domingo 24 de Agosto de 2008

Consumiendo
NO HAY QUIEN VENDA
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
Colombiador.blogspot.com
camiloherrera@raddar.net

El consumo en Colombia tiene un cuello de botella muy complicado: los vendedores. Cuando un consumidor llega a un almacén, casi siempre tiene certeza sobre lo que quiere, pero cuando debe escoger entra en un problema, que casi nunca se soluciona, porque el vendedor no sabe lo que está vendiendo.

El vendedor en Colombia cae en una serie de trampas muy complicadas. Cuando la empresa le muestra a los vendedores los nuevos productos, el vendedor opina sobre que producto se vende o no según la rotación que ha conocido de productos viejos, porque cree que por ser vendedor hace años, conoce al consumidor; por otra parte, es común que los almacenes trabajen por comisiones de venta, por eso el vendedor intentará que usted compre lo más caro, y no lo que necesariamente necesita; igualmente, no tienen la paciencia que se necesita para atender a un cliente que sea realmente que necesita.

Y la verdad es que la culpa no es del vendedor sino de la empresa, que como mínimo debería darle un pequeño manual por producto a cada uno de sus vendedores, para que puedan solucionar las dudas y atender al cliente de una manera eficiente.

Si no cree lo que le digo, lo invito a que vaya a comprar frutas o verduras a un supermercado, y pregúntele a los vendedores si la fruta está fresca o no, y que cómo hace usted para saber si estas están a punto de ser consumidas; o si se quiere divertir más, interrogue a una impulsadora de un producto nuevo en el mismo punto de venta.

Hoy, si usted desea comprar ropa o calzado, los vendedores no están capacitados para ofrecerle lo que usted busca, ni siquiera los gerentes de los puntos de venta - a diferencia claro esta de los vendedores de librerías y disqueras; curiosamente, un tendero, un carnicero, un droguista y hasta un vendedor ambulante saben más y saben venderlo.

Como consumidores nos hemos acostumbrado a ser “autovendedores”, siendo cliente y vendedor al mismo tiempo, y esto es muy claro cuando compramos en los supermercados y sufrimos de llamado “pánico de góndola”, cuando buscamos unas galletas ricas que no hayamos probado, y nos encontramos más de 40 marcas en un sin número de presentaciones.

El consumidor sabe que quiere pero no con exactitud y el vendedor lo que quiere es vender para comisionar o cumplir con su trabajo, así la leyes de oferta y demanda se reescriben en el mercado colombiano, donde el precio le prima al vendedor y la imagen al comprador : Ley de demanda, “quiero algo pero no se qué, pero que sea el más barato y de lo mejor”, y la ley de oferta, “ a este le vendo lo más caro, y lo saco rápido de la tienda”; difícil el escenario de mercado, donde la experiencia de compra, casi siempre es un desastre.

EXPLICACIONES - El Nuevo Siglo

Sábado 23 de Agosto de 2008

Asimetrías
EXPLICACIONES
Por Camilo Herrera Mora

¿Por qué se uso el logo de la Cruz Roja en el operativo de rescate de secuestrados?, ¿Por qué se extraditaron a los jefes paramilitares , ¿Por qué liberan a los congresistas por falta de pruebas?, es más, ¿Por qué los detuvieron sin pruebas sólidas?, ¿Por qué se dice que la corte presiona por resultados?, ¿Por qué Uribe le sigue dando pantalla a Piedad y a Petro?, ¿por qué siguen escuchando a Yidis Medina si al parecer no tiene pruebas?

¿Por qué Nicaragua sigue asilando guerrilleros de las FARC?, ¿Por qué arrestaron militares colombianos en Venezuela?, ¿Por qué estaban en Venezuela?, ¿Por qué estamos pensando en llevar militares a Afganistán?, ¿Por qué los computadores de Reyes se silenciaron?

¿Por qué no abrimos las exportaciones agrícolas y controlamos la inflación?, ¿Por qué se hace un recorte de gasto público tan bajo?, ¿Por qué la leche sin pasteurizar es dañina?, ¿Por qué no se aplica la tabla de fletes?, ¿Por qué no se ha chatarrizado?, ¿Por qué el presidente se enfrenta la Banco de la república?, ¿Por qué las motos no tiene pico y placa?, ¿Por qué somos más globalizadores que los globalizadores?

¿Por qué le toca al ministro de protección social decirle al director de la nueva EPS que las cosas no van bien?, ¿Por qué los independientes aún no pueden hacer sus pagos de seguridad social?, ¿Por qué los medios de comunicación hacen la tarea de la contraloría y la procuraduría?, ¿Por qué la ciudadanía aguanta todo esto?

¿Por qué el ministro de defensa y el alcalde no trabajan por la ciudad?, ¿Por qué no aceptamos que las ciudades necesitan nuevas estrategias de seguridad?, ¿Por qué no vemos que el crimen y el terrorismo se confunden y urbanizan?, ¿Por qué el vicepresidente dice que quiere ser alcalde?, ¿Por qué nos seguimos preguntando si Uribe va por la reelección?; La verdad, no me sorprende que en este momento de explicaciones, abunden los silencios.

Colombianada: y al final, cualquiera puede acusar a cualquiera, y se condena previa condena a un sospechoso, y la prensa lo destroza.

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CON LA VARA QUE MIDAS… - Revista P&M

CON LA VARA QUE MIDAS…
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de Raddar
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Especial para P&M

… serás medido. Las mediciones de medios de comunicación están siendo victimas de sus objetivos.

Cuando llego EGM (modelo español) a Colombia, fueron los medios de comunicación quienes decidieron financiarlo con el objetivo de tener un medio imparcial de medición de audiencias para la oferta de espacios publicitarios; paso seguido llego IBOPE (modelo brasileño) que entró a hacer lo mismo en televisión, pero siendo un tanto más independiente al ser un servicio privado que vende su información. Esto ha presiono a que las mediciones de audiencia deban ser más profundas y detalladas, lo que desembocó la aparición del TGI (modelo británico), el cual no logró tener una buena aceptación como medición de medios, pero si de hábitos de consumo.

Hoy el internet permite hacer una medición exacta y científica de las personas que navegan en los sitios, llegan a niveles de detalle de la audiencia, siendo el comienzo del futuro inminente: la internet en televisión digital. Servicio donde no sólo se sabrá quién esta viendo algún canal en particular, sino que podrán hacer compras en línea en tiempo real con la emisión en la “caja chica”, perfeccionando el servicio de televentas.

Ante este escenario, las mediciones comienzan a posicionarse para el juego del futuro y esto causa crisis en los medios, porque las causas persiguen sus consecuencias. Hoy, creemos que las mediciones de medios son para vender publicidad y siendo el sistema así concebido, un cambio en las mediciones conlleva a fuerte golpes de ingresos en los medios. Ese es el error, el objetivo de medir los medios no debe ser vender publicidad, sino comprender que consumimos, cuando consumimos, y que no consumimos. Lo importante no es el share de un canal a cierta hora, sino el histórico del rating de un programa para ver si se consume o no, bien sea porque ya no gusta o esta siendo “castigado” por la audiencia. Eso es lo importante.

Un ejemplo claro de esto son las mediciones de consumo de radio. Estas se hacen cada seis meses, para saber si las personas siguen escuchando las mismas frecuencias, y sobre esto se define la pauta.

La gran diferencia esta en que la radio (mucho más vieja que la televisión y la internet) comprende que la medición de audiencia es importante para comprender, pero no para vender; porque la forma de vender es lograr ideas publicitarias que realmente vendan el producto que se promociona: eventos juveniles, entregas de discos, libros, ropa, comunidades virtuales – donde la radio se apoya en la internet para asegurar su futuro.

Hoy, escuchamos con sorpresa, que los canales privados se sorprenden porque la medición de IBOPE incluya los canales internacionales, porque estos ya pueden ser cerca del 20% del share; sin duda tienen toda la razón en su crítica sobre el tamaño de la muestra para medir tantos canales (ya que la muestra funciona para medir menos canales) y también en que la medición histórica debería haber registrado el cambio desde hace tiempo, como es obvio. Pero el fondo del debate esta en la entrada del nuevo(s) canal privado al espectro. Porque esto sin duda partirá la torta publicitaria y esta ya ha sido golpeada por la pauta en canales internacionales.

Como usted ya pudo haber comprendido, ese es el punto. Si la medición es para ofrecer espacios de pauta, la medición esta condenada en si misma. No es deber de una medición decir donde se debe pautar, es deber de la empresa saber quien lo consume y a quien le debe vender. La publicidad es en si misma un aporte complementario de contenido: por eso en horario infantil vemos publicidad de juguetes y en la noche vemos publicidad de bebidas alcohólicas. Pero en este punto la publicidad y las agencias de medios han dejado pasar muchas oportunidades, por ejemplo, aquella audiencia que ve programas de opinión de noche, nunca se les ha ofrecido periódicos, revistas, libros o conferencias especializadas, pese a saber quien es su audiencia.
Esto lleva a que las centrales de medios puedan llegar a su fin y arrastren las mediciones en este camino; simplemente porque no usamos las cosas para lo que son. Las mediciones deben hablar de tipos de audiencia y las centrales deben vender información a estas audiencias, por el contrario, las mediciones miden audiencias y las agencias venden paquetes de marcas a grueso de la población. Este juego conlleva a que la inversión publicitaria no sea efectiva más que para mantener el top of mind de las marcas, y que el BTL y las comunidades virtuales, el internet y los call center sean quienes se contacten con los consumidores y los hagan comprar y los lleven a la fidelidad.

Pero igual, las mediciones seguirán siendo para medir audiencias, las centrales venderan bloques publicitarios, mientras los nuevos medios dominan a los nuevos consumidores. Por eso algunos hemos hecho mediciones diferentes, pasando de la pregunta, ¿Qué canal ve?, a preguntas como, ¿qué canal ve y que cosas compra?, porque las empresas lo que quieren es vender más y conectarse con su consumidor, no salir en televisión.

Es decir, la radio va ganando, la televisión va perdiendo y el internet nos da la línea de prospectiva. ¿Por cierto, mientras lee esto, que le gustaría tomar?

lunes, 18 de agosto de 2008

¿HEMOS CAMBIADO? - El Espectador

Domingo 17 de Agosto de 2008

Consumiendo
¿HEMOS CAMBIADO?
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
Colombiador.blogspot.com
camiloherrera@raddar.net

Hoy la inflación comienza a complicarnos la capacidad de compra de alimentos y ya la UVR comienza a mostrar que los costos de vivienda volverán a subir. La comida, la vivienda y el vestido son gastos que defendemos porque estas tres condiciones nos dan lo mínimo de condiciones básicas para vivir y es donde se aprecia si una persona o un país han mejorado su situación económica.

Si una persona asigna un porcentaje muy grande de su gasto en alimentos, se entiende que su nivel de ingreso es bajo y que no tiene la libertad de comprar otras cosas, como es el caso del colombiano de ingresos bajos que asigna 40 de cada 100 pesos a alimentos, mientras los de ingresos altos asignan 15 de 100.

Esto ha mejorado rotundamente. Hace 70 años, según un estudio de 1.937 recordado por Don Carlos Lleras Restrepo en su defensa de la estadística nacional, 65 de 100 pesos se destinaban a alimentos y 22 de 100 a vivienda. Hoy gastamos mucho menos en comida, ya que hemos mejorado nuestro ingreso y las oportunidades de compra han mejorado mucho.

Más allá de lo histórico del dato, que demuestra que en 70 años puede que hayamos mejorado casi el doble en nuestras necesidades básica, lo realmente llamativo es que los costos del mantenimiento de la vivienda y del vestuario son básicamente los mismos.

Esto nos deja ver cosas fundamentales de nuestra identidad: siempre, siempre, debemos estar bien presentados y a gusto. Pase lo que pase le damos una gran importancia a la vivienda, porque el colombiano tiene como uno de sus objetivos de vida tener casa, y siempre desea estar bien vestido y en muchos de los casos, a la moda; claro, sin duda antes el vestuario se hacía en casa y las marcas internacionales no estaban en el juego.

Esto nos deja una clara pregunta interesante, ¿cómo consumidores, hemos cambiado?, parece que esencialmente no. Sin duda hoy tenemos más cosas para comprar y más servicios para disfrutar, pero aún buscamos lo mismo, ó ¿no le decía su padre mientras se ataba la corbata, hijo compre casa que tierra no hacen más?

sábado, 16 de agosto de 2008

¿DERROTARLAS? - El Nuevo Siglo

Asimetrías
¿DERROTARLAS?
Por Camilo Herrera Mora

Las autodenominadas FARC están en una situación desesperada. En 2008 ha recibido los golpes militares más duros de su historia, y esto las está llevando a urbanizar el conflicto, buscando sembrar terror en las ciudades y lograr algunas extorsiones para seguir con su proyecto.

En este momento, las posiciones se encuentran: la centro derecha pide que sean derrotadas y la centro izquierda, que se comience un proceso de acuerdo humanitario y un proceso de paz. La verdad no es fácil la decisión y las últimas declaraciones de Cano contestándole a Chávez no dan mucho pie a los diálogos. Es obvio, quien se siente vencido, no quiere perder, y el que va ganando quiere ganar.

Hoy las autodenominadas FARC llegan a Bogotá, y es el mismo alcalde mayor el que le pide resultados a la Policía Metropolitana, con el fin de contener esta oleada terrorista y de extorsión, que trae de vuelta las bombas, los atentados y el sicariato a la ciudad.

La verdad es curioso y difícil de sostener: mientras el Polo Democrático clama por las vías políticas para el fin del conflicto, Samuel Moreno, quien ocupa el cargo de mayor importancia logrado por esta colectividad, se prepara para derrotar a las autodenominadas FARC en Bogotá. Así pues, la situación se convierte en una dicotomía incomprensible, y el Polo pierde seriedad frente a su electorado, ya que al hablar de paz dejan un espacio para que las autodenominadas FARC se muevan a urbanizarse, y Moreno le da espacio al ministro de defensa para que tenga que intervenir en la ciudad.

El Polo Democrático debe decidir y actuar de manera congruente: ¿derrotar o no a las autodenominadas FARC?, Bogotá ya se está complicando como era previsible, y la guerrilla esta mutando a ser algo más parecido a ETA o IRA, y el alcalde sigue negando la magnitud del problema, porque algunas cifras han mejorado.

Bogotanada: la verdad no he podido entender por qué hacen concejos comunales de seguridad, ni mucho menos con inscripción previa, sin avisarle a la comunidad y causando que sean los estudiantes de un colegio quienes dialoguen con el alcalde mayor sobre la seguridad en la localidad, como ocurrió en Bosa el martes pasado.

Colombiado.blogspot.com

sábado, 9 de agosto de 2008

NO REGULEN- El Espectador

Domingo 10 de Agosto de 2008

Consumiendo
NO REGULEN
Por Camilo Herrera Mora
Colombiador.blogspot.com

¡Ah, las tentaciones!, mientras los precios suben en todo el mundo, comienzan las voces pidiendo regulaciones sobre precios y consumo. Me tomaré esta columna para hablar de política del consumidor y no de conocimiento del mismo, porque en este punto no se puede callar, y sé que al final de su lectura me entenderá el atrevimiento.

El PP en España pide que al ministerio que vigile las diferencias entre precios de origen y precios al público para evitar la especulación; una encuesta en Uruguay muestra que el 72% de la oblación quiere control de precios; Venezuela controlo precios y logró desabastecimiento.

En Colombia, un honorable representante propone regular el consumo de alimentos para eliminar la obesidad (solo los productos de marca claro está, ya que nuestra comida típica parece que no engorda tanto); los camioneros piden congelar el precio de la gasolina, sin saber que al final con impuestos van a terminar pagándola; algunos más sensatos piden por la apertura de importaciones agrícolas para lograr aumentar la oferta de alimentos.

Series: IPC ANUAL DANE y Cartera Neta Banrepública

Al final lo que importa es que los precios no suban, pero en este caso la forma sí que es importante: si se regulan precios, los productores se ven desmotivados a producir y viene la escases; si subsidiamos la gasolina, la pagamos con impuestos; su oímos los clamores de la gente, quieren todo gratis. En este caso el tema es de la fuente misma del consumidor final, su empleo.

El consumidor entiende: ya paso la fiesta de consumo, los precios suben y las tasa también, y los independientes deben pagar más por seguridad social; por lo tanto gastan menos en deudas de largo plazo y más en consumo de corto plazo para ahorrar o reducir la expansión de deuda; la relación es clara, más inflación menos créditos.

El gobierno debe transmitir una sensación de calma al mercado, como ya lo hizo el banco de la república subiendo las tasas, ahora es tiempo que el gobierno de una señal al consumidor y evitar que el segundo periodo presidencial tenga capacidades de compra negativas: ¿Apertura de importaciones y lograr devaluación?, ¿supresión de IVA por un tiempo en algunos productos?, ¿subsidio a oferta?, ¿reducción real de gasto?, ¿Cuál será?

MORALIDADES - El Nuevo Siglo

Sábado 9 de Agosto de 2008

Asimetrías
MORALIDADES
Por Camilo Herrera Mora

El mundo debate en los pasillos las reflexiones morales, filosóficas y políticas de la última película de Batman, donde queda en entredicho la efectividad de las normas frente a fenómenos no estimados.

Esta dicotomía entre el derecho positivo y la realidad, en muchos casos ha puesto de cabeza al mundo causado “héroes” parapoliciales como Batman, seguridad privada y hasta blindajes. Situaciones así han llevado a las mismas Naciones Unidas emitan resoluciones de ataques preventivos entre naciones y enemigos terroristas.

Quisiéramos que toda la sociedad cumpliera las normas, pero eso no ocurre; y no ocurre porque al existir la norma existe inmediatamente su violación, ya que esta se promulga para controlar una situación o regularla. Entonces aquellos que tienen una conducta extraña hoy, mañana son delincuentes bajo el ojo de la ley. Estas situaciones conllevan a un incumplimiento de la misma ley, ya que al ser esta inflexible, causa vacios de norma que permiten la acción delincuencial y la por ende la falta de control del estado.

El delincuente lleva al policía a violar las leyes, la sociedad acepta esto para lograr seguridad y la ley termina siendo un texto más, ya que no refleja la realidad ni mucho menos su posibilidad de cumplimiento.

En Colombia sabemos de esto: paramilitares, convivir, escoltas, celadores de conjuntos residenciales, blindajes, y hasta ejércitos privados. Vivimos la realidad de la dicotomía de las normas de seguridad: el estado se supone que nos protege y estamos inseguros, y ante eso buscamos soluciones. Por eso Batman es querido en ciudad gótica, como los paracos fueron aceptados por la población: porque hacía lo que la ley no podía, y lo hacía bien.

Entonces, ¿en qué frontera moral vivimos?, ¿es la ley la moral pública?, ¿es el bienestar colectivo el acuerdo común?, ¿somos agentes de nuestra moralidad, o convidados de piedra en la violación moral? El país necesita una luz, o de lo contrario, el fin seguirá justificando los medios.

Colombianada: mientras el gobierno Uribe debió atacar en otro país amparado en normas internacionales y de una manera u otra, uso el logo de la Cruz Roja para lograr un rescate sin sangre y sin fuego, un medio de comunicación nos deja una duda: ¿el fin justifica al medio?

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lunes, 4 de agosto de 2008

¿WHY COLOMBIANS BY? - Dinero.com

¿Why colombians buy?

Haciendo un parafraseo al libro “Why we buy?” de Paco Underhill, quien visitará a Colombia en próximos días invitado entre otros por la revista Dinero, he intentado recopilar algunas reflexiones que nos acerquen a contestar esta pregunta para ponernos tono con la conferencia, y con las grandes dificultades que los consumidores hemos tenido en este triste semestre, lleno de inflación, revaluación y escases de productos. Pero igual, el consumidor colombiano ha encontrado formas de ajustarse.

¿DÓNDE COMPRAMOS?

Los colombianos compramos donde nos quede más cómodo y con más facilidades, lo cual no necesariamente significa que sea el sitio de mejor precio. Siempre hemos sido compradores de la tienda de barrios, o los formatos de conveniencia cercanos a la casa, y por esto muchas de las grandes cadenas han lanzado nuevos formatos (o han comprado marcas existentes) que permitan estar más cerca del consumidor, sobretodo en las llamadas ciudades intermedias. Esta tendencia “cómoda” del colombiano no sólo se nota en la cercanía a la tienda o la droguería de don Pedro, sino en su servicio de domicilio y comienza a mostrarse mucho más tecnificado en las ventas por catálogo y multinivel. Compramos lo que necesitamos donde nos lo venda fácil y rápido, y por esto es que resulta incomprensible que aprovechando este comportamiento para cobrar por el parqueadero a los compradores, o bien que no se hayan formalizado los llamados centros comerciales de cielo abierto. Esta pereza de compra que nos caracteriza, tiene un impacto claro: pagamos más caro. Sin lugar a dudas, los productos en los hipermercados son cerca de un 10% más baratos que la tienda de barrio, pero la distancia afecta la decisión, y esto deja ver que cuando el colombiano tenga más confianza en uso de internet para hacer compras, los hipermercados terminarán de desplazar los pequeños formatos que siempre nos han acompañado. Mientras tanto la expansión de los centros comerciales, perfecciona la venta de moda en almacenes especializados. La respuesta simple, compramos donde nos esforcemos menos, sin importar que pagamos más.

¿CUANDO COMPRAMOS?

Los hogares colombianos viven en un ciclo muy claro de consumo, marcado por las temporadas escolares, las promociones de las cadenas y la navidad; algunos factores culturales marcan en ciertas ciudades con mucha fuerza algunos consumos como el pescado en semana santa o la venta de licor en los carnavales. Lo mismo ha ocurrido en 2.008, pese que algunos comiencen a prender las alarmas sobre la reducción de las ventas de la industria. Sin duda este año esta lleno de efectos inflacionarios y problemas de revaluación, pero aún la confianza del consumidor es positiva y se dan grandes oportunidades sobre todo en la compra de electrodomésticos y vehículos. Es importante comprender que es el segundo semestre es cuando el mercado se reactiva, porque en los primeros meses del año la primera temporada escolar y el aumento de precios de cambio de año reducen seriamente la capacidad de compra; y más este año donde el segundo semestre viene acompañado de la entrada de nuevas marcas de moda y de almacenes y restaurantes. Esperemos, que el segundo semestre comienza con el agosto de los comerciantes.

COMPRAMOS PORQUE TOCA

Cuando hacemos una compra siempre estamos condicionados a tres situaciones: la necesidad de comprarlo, la capacidad de pago y a la oportunidad de adquirirlo. Algunas veces vamos por la calle y el olor del pan caliente nos hace ir a comprarlo inmediatamente siempre y cuando tengamos el dinero para pagarlo. Estas tres situaciones son hábilmente manejadas por las empresas con Publicidad, Precio y Distribución. Los colombianos mayormente por necesidad, porque somos un país con serios problemas de capacidad de compra y la mayoría de los bienes que compramos son realmente fundamentales en nuestra vida, como los alimentos y los gastos de vivienda y salud; pero curiosamente esto tiene claras tendencias y perfiles según la ciudad A la pregunta “¿por qué compró lo último que compro?, el 63% de los encuestados contestó que lo hizo por necesidad, un 26% por gusto y un 11% por otras razones; llama la atención que la brecha entre las dos razones principales de compra es mucho menor en Cúcuta y mayor en Barranquilla; igualmente las ciudades con poblaciones menores a un millón de habitantes son más dadas a la compra por gusto y la necesidad tienen un mejor peso. Esto lo que demuestra dos cosas: que las ciudades grandes tiene más pobreza y que en las ciudades pequeñas existe una mayor libertad de compra. La razón de compra es quizá uno de los factores fundamentales buscados por el mercadeo, porque responde cual de las tres situaciones primó y que estrategia causó la decisión, y esto siginifca que el producto cumple o no con su promesa de satisfacción al cliente. Si usted es consumidor, pregúntese por qué compro lo que último que compro, y si es empresario, intente saber porque su comprador compró su producto. La respuesta es simple, pero muy importante: los colombianos compramos por necesidad, pero no todo.

¿COMPRAMOS LO QUE ES?

Esta semana el DANE publicó la encuesta de comercio minorista y ocurrió lo esperado y lo no esperado. Inicialmente se evidenció que el consumo de alimentos dejo de crecer, y por el contrario en los 4 primeros meses tuvo un leve descenso del -0,82% (pese a que la inflación de alimentos para ese mismo periodo fue de 9,74%), acompañado de la moda y las cosas de uso doméstico en el hogar. El resto creció. Es ilógico pero creció. Mientras dejamos de comprar comida (lo que no significa que dejamos de comer), si compramos carros, licores y cigarrillos; inclusive el crecimiento de ventas de computadores y muebles de oficina ya supera el 35% acumulado anual, lo que indica cada días más que nos gusta estrenar oficina y el computador ya es un electrodoméstico. Esto nos pone a pensar: ¿Por qué compramos cosas suntuarias y dejamos de comprar alimentos?, inicialmente hay que decir las cosas como son: seguimos comprando alimentos, lo que ocurre es que ante el choque de precios ha comenzado una fuerte sustitución de productos alimenticios; segundo hay que afirmar que otras cosas están más baratas, ¿cómo no comprar nuevos computadores, si hoy podemos comprar un computador 10 veces superior a uno de hace 10 años, pagando la mitad del precio?. Finalmente cabe considerar que lo ocurre es que a mayores precios menos compras, como se aprecia en la gráfica, pero aún no hay de que preocuparse, ya que el crecimiento de ventas aún muestra una economía dinámica pese al choque de precios, que nos limita a comprar las frutas y verduras que queremos, y no nos deja usar el carro para todo lo que queramos. Entonces la pregunta queda, ¿compramos lo que es o lo que los precios nos dejan?

EL CONSUMO SE AJUSTA

El DANE confirmó que el consumo de hogares creció un 1,6% en el primer trimestre y un 3,9% en un año. Cifra muy buena para las proyecciones de algunos. El consumidor colombiano soportó muy bien el crecimiento de la inflación hasta finales de 2.007, pero la continua alza de los precios de los productos básicos, causaron que los hogares comenzarán a darle mayor prioridad a lo necesario, pero cometiendo muchas irracionalidades que movieron sectores inesperados como consecuencia de las decisiones de compra. Por ejemplo, en el primer trimestre de 2.008 el consumo de moda creció 3,5%, lo cual no lo explica la temporada escolar en su totalidad, ya que se compara el primer trimestre de año que es escolar y el último del año que es navidad, por esto es claro que el consumo de moda ha crecido de manera importante pese al efecto revaluación en el sector; otro caso es el de los muebles de hogar que en este trimestre crecieron un 3,9%; mientras tanto el consumo de alimentos creció 1,5%, siendo esto muy cercano a su promedio, porque su consumo se refiere a la cantidad de comida que requieren los hogares y por esto el mercado crece igual que la población. El consumo comienza a ajustarse, y no sólo por el lado del gasto y la contracción de la capacidad de compra sino del crédito, porque comienza a verse una cartera vencida en crecimiento ante los cambios de las tasas de interés de este año. Entonces, las cosas comienzan a retornar a su flujo normal: los consumidores son más racionales en el gasto, pese a las tentaciones que las grandes cadenas les plantean con los bajos precios de los productos importados.

* Presidente de Raddar colombiador.blogspot.com camiloherrera@raddar.net

domingo, 3 de agosto de 2008

CONSU-MOOD-OR - El Espectador

Domingo 3 de agosto de 2008

Consumiendo
CONSU-MOOD-OR
Por Camilo Herrera Mora

He pensado que cada vez es más evidente que el consumidor se mueve por sus emociones y cada vez más los pensamientos y posiciones se toman las decisiones de compra.

Todo comenzó con una tendencia mundial ampliamente difundida por los medios de comunicación: si las mujeres se deprimían, comían helado y chocolates; y la tendencia logro su máximo punto con la posición de los estudiantes de la Universidad de Michigan cuando se hizo un plebiscito para no comprar más Coca Cola por sus malas prácticas.

El consumidor lleva sus emociones a su decisión de compra, al punto de llevar sus posiciones políticas, ambientales, emocionales y hasta climáticas. Por esto he querido acuñar el termino de consumooder o consumoodor, ya que son las emociones las que nos hacen comprar, decidir que comprar y cuando comprar. Por ejemplo mire la gráfica, la gente que se siente feliz compra un nivel de alimentos del 36% dentro del total de sus compras, pero aquellos que no lo están, compran más; lo mismo pasa con el vestuario, siendo este grupo de consumo quizá el más interesante, y lo podemos apreciar en la ropa que nos ponemos.

El mejor ejemplo del vínculo emocional del consumidor, es la ropa. La mujer se viste según lo que vaya a hacer ese día, quizá sea sensual y provocativa, informando que quiere tener sociabilidad, o todo lo contrario; y en el caso de la ropa interior, esto es mucho más claro, su ropa o pijama muestra si no desea, si desea y si desea ¡ya!

Todos somos parte del promedio todos los días, no nos vestimos nos uniformamos; pero cuando nos sentimos diferentes, cuando nuestras emociones pasan a los extremos, lo reflejamos en el vestuario. ¿Cuándo usted sale a rumbiar de noche, lo hace que la ropa que tenía durante la semana?, ¿Cuándo quiere celebrar un triunfo, va al mismo restaurante de siempre?, ¿Cuándo lo echa su novia, pone música de moda?, No, No, y No, consumimos según el estado de ánimo, y ese es uno de los secretos del mercadeo del futuro.

¿PILA O SALUD? - El Nuevo Siglo

Sábado 2 de Agosto de 2008

Asimetrías
¿PILA O SALUD?
Por Camilo Herrera Mora

Desde hace dos día se le venció el plazo a los independientes para hacer el pago de su seguridad social por medio de la famosa PILA, que unifica los pagos de salud y pensiones. En teoría, en este momento estamos en el marco de la amenaza del ministro de protección social, que afirmó en pasados días que aquellos que no hagan sus pagos a tiene, es posible que se queden sin servicio de salud.

Mi conocimiento de las leyes laborales y del bloque constitucionalidad es limitado, pero algo me dice que ni siquiera el pago obligatorio de las pensiones pueden ir en contravía con el derecho a la salud y de hecho, el derecho a la vida misma. Esta amenaza del ministro está fuera de lugar, y en vez de actuar como ministro parece un papá amenazando al hijo que no ha querido arreglar el cuarto pero quiere salir a jugar al parque.

Un ministro de salud no puede amenazar a la población con quitarle el servicio de salud; y mucho menos cuando lo hace amparándose en el marco de la ley. Por el contrario debería proponer salidas a la crisis que causó el sistema PILA, que es una extensión o continuación de la hecatombe de la ley 100 de 19993. Ya tendría que haber dicho, que comprendiendo la realidad nacional, aquellos que no hagan sus contribuciones serán sujetos a tasas de interés de mora y que si acumulan 3 meses sin pagar, sólo tendrán acceso a servicios de urgencias.

Más lo que prima es la rentabilidad del sector. Ya son muchas las ESE que han cerrado o bien se han reestructurado o cambiado de persona jurídica para ser rentables, dentro del marco conceptual de la ley 100; sabiendo de antemano que la rentabilidad riñe de manera directa con la salud, porque es muy difícil sustentar utilidades en una IPS para población de ingresos bajos. Por esto señor ministro, es hora que apague el incendio que causó y que comprenda a la población no tiene la capacidad de pago que usted supone, pese a que el pago pensional sea una necesidad fundamental de la población. Encuentre la salida, para eso es ministro.

Colombianada: mientras la PILA hace estragos en el sistema, el lanzamiento de la Nueva EPS nos dejan pensando muchas cosas; entre otras, la coincidencia de tiempo con pago obligatorio de pensiones para independientes, ¿será que se quebró el ISS, y ya comenzaró a sufrir los fondos de pensiones?

Colombiador.blogspot.com