sábado, 17 de enero de 2009

CONSUMA CON DERECHOS, El Espectador

Domingo 16 de Enero de 2009

Consumiendo
CONSUMA CON DERECHOS
Por Camilo Herrera Mora
camiloherrera@raddar.net
colombiador.blogspot.com

Los últimos meses han sido muy interesantes para los consumidores colombianos, porque diversas legislaciones y fallos judiciales han puesto sus derechos en el ojo del huracán.

La ley de “Portabilidad Celular” de Simón Gaviria, La ley de “Útiles Inútiles” del Ministerio de Educación, el acuerdo de Parqueaderos por Minutos de Andrés Camacho y Javier Palacio y el reciente fallo de la Corte Constitucional sobre la indexación de los fondo de pensiones voluntarias, son buenos ejemplos de este fenómeno.

Es importante hacer una distinción: una cosa es ser comprador y otra consumidor, y nuestra legislación los confunde torpemente. El comprador es el paga por el producto y el consumidor o usuario quien lo consume o lo usa, donde muchas veces son la misma persona, pero en muchos casos no y eso deja un serio vacío legal para las exigencias de calidad y satisfacción, como es el caso de las cosas que regalamos a otros, y obviamente no le damos la factura de compra; o bien cuando perdemos la factura de compra, y ya no podemos exigir lo que deberíamos.

El derecho al consumidor es progresivo; comienza en la calidad, seguido de la satisfacción de la promesa de compra y de la justicia del precio, finalizando en el servicio posventa o mantenimiento de oferta; si usted compra un pan, que esté en buenas condiciones de higiene, seguido de un sabor tan bueno como su “publicitario olor” al salir del horno, con un precio que se pueda pagar y que represente su valor, y finalmente, que el pan lo pueda volver a comprar mañana, o su bienestar se verá afectado. Donde evidentemente el vendedor es fundamental.

Un buen ejemplo me pasó hace pocos días, por Observatorio de Moda Raddar-Inexmoda, hago frecuentes compras de vestuario para ver colecciones y medir servicio en los puntos de venta, y en diciembre me tocó conocer Felipe Ceballos, el mejor vendedor en una tienda de Aquiles en Unicentro, quien me recibió para “mirar” y me vendió tres pares sin tenerlos en el almacén, y tan pronto llegaron existencias se comunico conmigo para decirme que ya estaba mi compra; y cuando fui a recogerlo, me vendió otro par. Un buen vendedor, es el mejor seguro para los derechos un consumidor.

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