sábado, 17 de enero de 2009

ADIOS CURITA, El Nuevo Siglo

Diario El Nuevo Siglo
Sábado 17 de Enero de 2009

Asimetrías
ADIOS CURITA
Por Camilo Herrera Mora

El pasado 13 de enero murió el Cura Sánchez, Julio Ernesto Sánchez Gonzalez. Oriundo de Madrid, antiguo rector del Emilio Valenzuela, eterno capellán del Santafesito Lindo, capellán del Gimnasio Moderno y una persona a la que le debo mucho, como muchos otros exalumnos de ese olvidado “seminario menor”.

El Cura, mientras cenaba en mi casa, le explicaba a mi padre que el concepto de la educación que el defendía era simple: “hay que educar, formar y graduar a las personas que no son las más aplicadas ni a los más capaces, porque eso lo hace cualquiera; educar es ayudar al que no puede fácilmente, eso si vale la pena”. Y así fue. Por el colegio, Santa Bibiana y la iglesita de San Isidro pasaron desde grandes investigadores sociales, presentadores de televisión hasta cantantes que nunca quisieron aprender a sumar, porque lo importante en la vida es hacer lo que se quiere, y hacerlo bien.

Gracias Cura, gracias por formarnos, por enseñarnos que la vida es para gozársela y para ayudar a los demás, después de habernos ayudado a nosotros mismos; recuerdo vívidamente cuanto un prefecto de disciplina del colegio nos obligo a vestir de blanco para hacer deporte en el colegio, y en el recreo de medio el cura salió vestido con ropa de colores a jugar fútbol contra nosotros. Ese era el cura, el que vociferaba groserías en el estadio.

Algunos que lo tuvimos más cerca de lo normal, que jugamos King en Santa Bibiana, o ensayamos obras de teatro con él, fuimos parte de sus selecciones deportivas, portamos la pañoleta del 57 en corazón y lo recibimos en nuestras casas, sentimos esta semana un vacio enorme, porque se nos fue el único confesor que muchos aceptaremos, porque simplemente fue el único cura que nos toco el alma.

¡Adiós mi curita!, y gracias por todo los que nos dejo en el alma a todos los jóvenes que fuimos gratamente guiados por su falta de respeto, su cariño y ese abrazo que aún sentimos en la espalda. Cuando vea a Dios, no lo moleste mucho, él es así; y mándele saludes a Jose Darío de parte de muchos de nosotros.

Colombianada: pese a que el cura evadió siempre ser importante, su entierro fue un homenaje digno de un gran señor, hasta oficiado por Rubiano.

Colombiador.blogspot.com

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