lunes, 2 de noviembre de 2009

EL MAL NEGOCIO DE LA INFLACIÓN BAJA, La República

EL MAL NEGOCIO DE LA INFLACIÓN BAJA
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
Colombiador.blogspot.com
camiloherrera@raddar.net

En sorprendente artículo, Angel Ubide presentó una tesis inesperada en El País de España este fin de semana: la inflación baja puede ser un mal negocio. La hipótesis surge de la pregunta “¿no habría sido todo mucho más fácil si la recesión hubiera llegado en un contexto de inflación, y por tanto tipos de interés, un poco más elevada?”, ya que se eliminó “el convencimiento de que la deflación japonesa era simplemente el fruto de una aplicación ineficiente, lenta e inadecuada de las recetas de política económica”, de la forma más dura: comprendiendo que una tasa de referencia cero no permite mucho movilidad de la política monetaria.

Estas reflexiones que están de boga en la Comunidad Europea, surgen de la imposibilidad de los bancos centrales de tomar acciones en el momento de la crisis financiera de 2.009, ya que los tipos de interés de referencia no pueden ser negativos, dejando a los banqueros sin dos opciones de acción según “el manual de política monetaria”, bajas de interés y compra de activos de riesgo.

Leyendo a Ubide, Investigador Visitante del Peterson Institute for International Economics, cabe reflexionar sobre tres grandes razones que golpearon a las economías mundiales y fueron mal entendidas por el mercado y dejaron a los bancos en escenarios deflacionarios o “japoneses”: (1) el aumento de los precios de los commodities en 2.006, 2.007 y 2.008 que causan una caída de los precios en 2.009, porque en las mediciones de inflación, alimentos pesa entre 15% y 40%; (2) el mensaje de crisis redujo la demanda de bienes finales y las empresas quedaron con inventarios, causando un fenómeno generalizado de promociones que, con interés bajos, rompieron los ciclos de consumo; (3) la falta de credibilidad del mercado en los mensajes de los bancos centrales y privados, por su responsabilidad en la crisis.

Estos tres choques eran previsibles y los conocíamos desde las deflaciones japonesas, pero la arrogancia de algunos banqueros centrales dejaron pasar las señales, como afirma Ubide.

Colombia no es la excepción. Seguramente la inflación de octubre será cercana a cero por la congelación del precio de la gasolina y la enorme cantidad de promociones en el mercado, causando que el acumulado de inflación en nueve meses sea de 2,2%, menos de la mitad de los últimos diez años observados. Esta situación conduce a lo inevitable: (1) bajos márgenes de los comerciantes en el cierre de año; (2) pocas utilidades del sector real en 2.009; (3) una presión inflacionaria en 2.010, ya que comparar precios de mercado contra promociones siempre será un dato mayor; (4) una larga temporada de navidad con pocas ventas en diciembre, porque comenzó en julio; (5) temporada escolar 2.010 desde noviembre de 2.009; demostrando el mal negocio de la inflación baja.

Estas situaciones no son controlables con medidas monetarias de bajas tasas de referencia o la compra de TES en el mercado. Se requiere prontamente una reducción de encajes para que se dé una caída en los interés de crédito de consumo, expansión de la base monetaria y una propuesta tributaria que permita liquidar inventarios de producción como gastos deducibles – a manera de emergencia económica – o de lo contrario, los productos que iban a ser exportados a los vecinos estos años inundarán aun más el mercado y no habrá nueva producción por varios meses, aumentando el desempleo y llevando al país a una encrucijada real del alma. Es momento de actuar.

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