sábado, 20 de febrero de 2010

TEXTILEROS EN CAMBIO, La Republica

TEXTILEROS EN CAMBIO
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
camiloherrera@raddar.net
colombiador.blogspot.com

Sin lugar a dudas 2.010 es un año en que la industria textil colombiana tiene que poner en práctica lo que aprendió sobre su vulnerabilidad en exportaciones, el abandono de la base de la pirámide y la apuesta por el tipo de cambio, porque este año las condiciones no van a cambiar: Venezuela seguirá cerrada, Asia seguirá vendiendo a precios bajos y el peso se seguirá revaluando.

Por esto ante la pregunta del qué hacer, las respuestas son simples, y el sector está dispuesto a oírlas. Para contrarrestar el efecto del tipo de cambio, debemos luchar con variables competitivas reales de los productos y de las líneas de producción como el servicio, producciones flexibles y de baja producción, rotación de producto y sostenimiento de stock básico, con altos estándares de calidad en insumo y producto final, insertando una gama de creatividad y diseño que realmente nos diferencie de la competencia. Todos pueden hacer telas pero solo nosotros podemos hacer telas de estilo colombiano.

Los colombianos de ingresos bajos no pueden pagar mucho y por esto buscan productos baratos de baja calidad pero con un fuerte contenido de moda. Y ese es el espacio de China en el mercado, ya que es capaz de poner un pantalón en las tiendas de San Victorino, San Andresito y el Hueco a $15.000. Esta realidad más allá de reflejar desequilibrios de competitividad, deja ver que no hemos construido una línea de producción flanker para ellos, porque nos centramos en ser solamente un sector de talla mundial y olvidamos el mercado local que debería ser el mercado base que nos permita tener recursos para la producción de alta calidad exportable y satisfactoria para un mercado cada vez más dinámico y exigente. Sí podemos hacer productos baratos con alto contenido de moda y hacer cosas de alta calidad, todo es una cuestión de mercadeo segmentado.

Finalmente, hay que perderle el temor a exportar en barco y dejar de pensar en los camiones. El cierre del venezolano es una realidad como también lo es que estas exportaciones se puede sustituir. Un estudio del Observatorio de Moda de RADDAR-INEXMODA muestra como los 18 países de América Continental importan toda la canasta de exportaciones que hacemos a Venezuela. Evidentemente no es fácil entrar a esos mercados y la distancia aumenta los fletes, pero si mantenemos la premisa de “moda colombiana” con diseño y calidad, podemos competir en estos mercados. No debemos seguir dependiendo de un gran socio comercial que nos pueda desequilibrar rápidamente.

El mensaje es claro: tenemos con que para seguir adelante. Los productos y esquemas comerciales de grandes compradores, producciones básicas y competitividad por tipo de cambio son cosas del siglo “sin Asia y Africa” en el juego. Hoy el negocio se llama pequeña producción, diseño y servicio, y sin duda nuestra industria ya comenzó a cambiar.

1 comentario:

Lina dijo...

Camilo, muy acertados tus comentarios. Estoy de acuerdo que debemos apuntar al valor agregado para el mercado interno y externo pero sin descuidar la demanda nacional de producto de bajo precio y con alto factor moda... Un saludo especial, Lina Ceballos