martes, 25 de noviembre de 2008

NO HAGA COMPRAS - La República

NO HAGA COMPRAS
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
camiloherrera@raddar.net
colombiador.blogspot.com
Especial para La República

Esta semana en muchos países de Occidente se promueve el día de “no buying day”, que no es otra cosa que un boicot de los consumidores activistas contra el comercio y la publicidad un mes antes de navidad.

Ya es el quinto año que se realiza y cada vez tiene un mayor espacio político, y no se ha transformado en día abstinencia pro-ambiental – como fue su origen – sino que se ha convertido en un escenario político para que el consumidor se queje de la tendencia consumista en el mundo y sin duda, con un toque mucho más agresivo por la fuerte inflación de este año.

Sin duda el consumismo fue la herramienta de política económica que recuperó al mundo después de la segunda guerra mundial, pero su exacerbación a finales del siglo XX hasta nuestros días ha desembocado en una gran cantidad de problemas ambientales, sociales y culturales: hoy no sabemos qué hacer con tanta basura, como armonizar las fuertes diferencias entre capacidades de compra entre ricos y pobres, ni mucho menos logramos controlar los cambios culturales como la presencia global de Santa Clauss.

La publicidad, o mejor, las marcas globales tienen su cuota de responsabilidad en el proceso, ya que sus productos surgieron bajo un marco cultural local y se globalizaron modificando el comportamiento de los consumidores el mundo.

Pese a este escenario negativo, este consumismo ha sido el soporte de la generación de empleo en todo el mundo y es sin duda el baluarte del capitalismo y del libre mercado, ya que su sustituto es la regulación del consumo por parte del estado, algo muy cercano al comunismo.

El consumo fue el motor del desarrollo en el siglo XX y lo será en el siglo XXI con formas más creativas: la aparición de tiendas pop up, productos sorpresa, atención al usuario, telas vivas, personalización de productos y el renacimiento del prosumidor. El consumo es fundamental en todas las culturas y fundamenta el tejido social en si mismo, más aun en un entorno globalizado, ejemplo claro de esto es la pasta italiana que es de origen chino y se hace con trigo canadiense.

Entonces, esta crítica mundial sobre el consumo, es bastante sana y necesaria, ya que lleva el activismo del consumidor a un diálogo con el mercado, presionando de una manera fuerte a las marcas globales para que sean más responsables por sus acciones. Temas como empaques, contaminantes, duración y calidad de los productos, productos con funciones personalizadas y no multifuncionales, reconocimiento por disposición de productos usados para compra de nuevos, e incluso, saturación grasa están al orden del día.

No podemos consumir todo lo que nos venden ni mucho menos lo que está de moda. El consumo es la solución más eficiente para la satisfacción de necesidades y usa al precio como mecanismo de justicia social, pero cuando se compran cosas porque sí y se acumulan en los armarios y depósitos, simplemente porque está de moda, sin importar sus injustificables precios, la función del consumismo se desdibuja y sataniza.

Por eso los exhorto, haga el ejercicio de no comprar nada el 28 o 29 de noviembre, y se dará cuenta la cantidad de cosas que compra, y quizá podrá ver cuáles son de verdad necesarias y cuáles no, y al final quizá encuentre una forma de ahorra un poco en este tiempo de navidad.

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