lunes, 8 de septiembre de 2008

TOMEMOS POSICIÓN - El Espectador

Domingo 4 de Septiembre de 2008

Consumiendo
TOMEMOS POSICIÓN
Por Camilo Herrera Mora

Desde la famosa votación en la Universidad de Michigan para evitar la venta de Coca Cola en el campus ante las violaciones de los derechos humanos que la empresa posiblemente cometía, se abrió un nuevo campo de acción al consumidor: la acción política.

En Colombia esto es un caso lejano. De hecho en los últimos meses el país ha presenciado algunas situaciones de las marcas que no han causado ninguna queja por parte de los consumidores, pero que no debemos dejar pasar desapercibidas: la campaña radial de Chevrolet donde la esposa apura a su pareja para irse rápido del concesionario pensando que por error habían dejado un portátil en la silla trasera y que era mejor irse antes que se dieran cuenta y lo perdieran; la portada de SoHo con Amparo Grisales mostrando sus senos, que se dispuso en los paraderos de los buses; los mensajes de texto para descargar fotos de mujeres sensuales, donde se demuestra que los menores de edad tiene acceso libre a contenidos de adultos en su mano; y hasta la escandalosa situación de esta semana donde los locutores de Candela Stereo simularon una llamada de secuestro.

Quizá usted esté en contra mía o me crea un godo taimado, y quizá lo soy, pero hay situaciones que si dejamos que cojan carrera seguirán cambiando nuestros hábitos morales, como ha pasado con el semáforo en amarillo, la doble fila para cruzar y dejar cuidando el puesto en una larga fila mientras hacemos otra diligencia.

Todos somos consumidores y ciudadanos y cada vez más debemos comenzar a confundir estos roles. Si compramos y usamos cosas que no cumplen con las normas sociales, básicamente estamos financiando que esto pase, y desafortunadamente la reciente historia de Colombia tiene tristes pruebas de financiamiento empresarial a cosas que nos hacen mucho daño.

Ya más del 3% de la razón de uso de los servicios se da por el buen servicio, y eso deja ver que el consumidor colombiano comienza a premiar el buen trato, el respeto y la sensación de servicio; mientras en muchos casos seguimos soportando un mal servicio porque nos da pena quejarnos, o algunos piensan que “pobre vendedor, ni sabe lo que vende”. Si no exigimos, seguiremos recibiendo mal servicio y cosas mal hechas.

Cuando compre algo pregúntese si para hacer eso, están haciendo las cosas bien y sobre eso decida si lo compra o no. ¡Lo sé!, suena utópico y de mundo desarrollado con capacidad de compra, pero si no comenzamos a cambiar, ¿Quién va a cambiar por nosotros?, o pregúntese, ¿nunca le ha sacado la piedra un vendedor o un mesero?

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