jueves, 26 de junio de 2008

ECO BTL - Revista Publicidad y Mercadeo

ECO-BTL
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de Raddar
Colombiador.blogspot.com
camiloherrera@raddar.net
Especial para P&M
Mayo de 2.008

Spam, vallas, perifoneo y flyers ya tiene agotado al consumidor de a pie. Cada vez que voltea la cabeza, la publicidad lo ataca dándole alguna información, mientras camina por un reguero de papeles por la calle, botados por las personas que recibieron un flyer y no supieron que hacer con él.

La publicidad con el fin de comunicar ha invadido nuestra cotidianidad y esta contaminando nuestro ambiente, y al parecer esto no le importa mucho. Tan pronto se regulo la presencia de vallas fijas en las ciudades, lanzaron las vallas móviles; ante los costos de la cuñas en radio, comenzó el perifoneo por las calles, y ante la dificultad de entrar en un medio impreso hemos llegado a distribuir millones de papelitos en las calles. Si a esto les sumamos el despliegue de todas las posibles herramientas en una activación de marca en una calle de la ciudad, la publicidad ya es agresiva para el consumidor común y corriente.

Sin duda el consumidor queda informado del nuevo producto, servicio o precio, pero también al verse saturado queda molesto, y esto tiene claras implicaciones en las ventas y el posicionamiento de la marca. Por esto el mundo entero esta comenzando a trabajar con modelos más “ambientales” de BTL, con el fin de cuidar el medio ambiente, cumplir las normas, reducir costos y no exponer la marca, ya que no todo es buena voluntad, sino utilidad y practicidad.

Lo que significa que el mercado se comenzará a mover rápidamente hacía formatos de compañía y no de invasión, tales como pantallas digitales de información segmentada y especializada según la población que transita en la zona, como ya se ha comenzado a hacer en aeropuertos y ascensores; igualmente veremos publicidad amigable en internet, donde no se invadirá la pantalla, sino que se “pedirá permiso” para mostrar información útil. Estas dinámicas surgen de una lógica simple: el consumidor es cada vez más calificado, tiene menos tiempo y es muy sensible a los mensajes incómodos.

Por el contrario el mercado debería aprovechar la nueva ola “eco”, para educar al consumidor; tomen ejemplo de Familia, que ya nos puso un osito para saber cuantos cuadritos de papel higiénico debemos cortar, ó bien, contarnos como se dispone o bota una lata de cerveza, que hacer con los periódicos viejos, donde y como desechar los pañales, o como almacenes Éxito esta haciendo, acostumbrarnos al uso de bolsas de mercado no desechables.

La verdad, el payaso tuerquita ofreciendo almuerzos, no asegura que la gente entre a comer y si desespera a los transeúntes.

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