jueves, 12 de junio de 2008

Papas Caras, Tasas Inutiles - La República

Papa cara, tasas inútiles
Camilo Herrera Mora
presidente de Raddar

Está en caldo de costilla, sancocho de pollo, pescado o carne, ajiaco, sudados y hasta en pucheros. La papa es un consumo cultural de los colombianos, muy frecuente y diverso. Algunos dicen que los colombianos consumimos bulto y medio del tubérculo por año; por eso el tema de su inflación es muy preocupante

Augusto del Valle, presidente de Fedepapa, afirma que el gran aumento de precios de mayo en este producto se debe a que este mes es cuando la oferta más se aleja de la demanda, y que a esto se sumó que en el segundo semestre del año pasado no se sembraron las suficientes hectáreas del tradicional alimento.

El tema es muy grave porque no solamente están en riesgo casi todos los platos típicos regionales, el almuerzo ejecutivo y hasta las papas fritas de las comidas rápidas, sino que el alza de los precios por los cierres de vías y estragos del inverno se sentirá este mes.Estos problemas nos ponen a pensar: ¿Por qué el Banco de República sube las tasas de referencia si la papa no se compra con tarjeta de crédito?El Banco Central sigue al pie de la letra las teorías monetarias propias de mercado desarrollados ante un aumento de los precios; más curiosamente es fácil demostrar que el aumento de los precios de los alimentos tiene una correlación directa con el efectivo en el mercado, variable que ha crecido en el último año un 6,4%.

La ecuación es lógica: si existe un déficit de un producto, y se aumenta la liquidez en el mercado, los precios subirán; en una situación como ésta se debería pensar en ejercer un control de precios de alimentos, partiendo del equilibrio de dos lógicas fundamentales: los alimentos son una necesidad vital y es vital para los agricultores tener utilidades.

El productor de papa, ante una cosecha limitada, la vende al mejor postor; el mejor postor es quien tenga mayor liquidez en ese momento, y éste, para recuperar su inversión, transmitirá su “sobrecosto” en un aumento de precios, causando que cada vez menos colombianos puedan comprar su cantidad acostumbrada del tubérculo.

Por esto, el gobierno nacional debe entrar a hacer una regulación de precios, bien sea por medio de subsidios a los productores, tasas de crédito preferenciales, amnistías crediticias de los bancos estatales a los paperos, o abrir fronteras con cupos limitados. De lo contrario, los consumidores tendrán que tomar decisiones de consumo, afectando otros mercados, porque comprar papa más cara significa dejar de comprar otras cosas.Mientras tanto el Banco aumenta la liquidez del mercado y aumenta las tasas de referencia, pensando en defender al sector bancario ante la memoria de la crisis financiera pasada, basada en la ruptura del sistema hipotecario.

Es evidente que el tema no es de crédito, ni de garantías reales, sino del precio de los alimentos, que ya tiene a la población de ingresos bajos con una capacidad de compra un 6,56% menor que enero de este año (mientras la población de ingresos altos tan sólo ha perdido un 3,51%).Sin duda los temas del precio del petróleo, la revaluación y la compra de bienes durables por crédito, tienen muy ocupado al Banco de la República.

Es el momento de que el gobierno se meta la mano al bolsillo y reduzca el impacto del crecimiento de los precios de los alimentos, o esto tendrá efectos inesperados en sectores de productos manufacturados como el vestuario y los alimentos transformados. Seguro esto no cambiará, porque el banco es banco de bancos y no tendero o ama de casa.

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