viernes, 16 de mayo de 2008

Estética y Comercio - La República

Viernes 16 de mayo de 2008

Estética y Comercio


Es un hecho: lo bello vende. Esta norma ha sido ampliamente utilizada por la publicidad, las marcas y hasta las vitrinas de los almacenes, y nos recuerda el éxito de la ciudad española de Valencia con su recuperación del centro histórico de la ciudad y el caso del municipio de Tabio en Cundinamarca.

Este esquema, que ha sido uno de los elementos fundamentales de los programas de cultura y desarrollo de la Unesco, ha tenido en los últimos meses un giro muy llamativo en Colombia.Hablando solamente de Bogotá, los casos de Portal de la 80, Centro Comercial Granahorrar, el almacén Olímpica de la séptima con 106 y hasta el caso de su vecino, la pastelería Gioconda, son claros ejemplo del llamado “fachadismo comercial”, que no es otra cosa que un proceso de remodelación de fachadas e interiores con el fin de servir mejor al cliente y hacerlo sentir más cómodo, más aún después de la inauguración de más de 10 centros comerciales, 8 hipermecados y la fuerte competencia de las grandes marcas en los mercados de conveniencia y tradicionales.

Mientras se inaugura el centro comercial Hayuelos, Olímpica apuesta a modificar sus fachadas en Santa Ana y en la 100 con autopista, demostrando que lo moderno no necesariamente significa ser nuevo, ya que sin duda una nueva construcción será estéticamente más bello y actualizado.

Por esto la nueva ola de renovaciones, es la respuesta del comercio a la nueva competencia.En alguna medida es el mismo fenómeno de la moda en vestuario, donde las vecinas reaccionan rápidamente ante la entrada de una nueva persona con una apariencia más contemporánea. Este fenómeno de copia y adecuación es sin duda un beneficio para la comunidad, ya que los fenómenos de estética urbana generan de manera casi inmediata –y pasadas las dificultades de las obras– sensaciones de seguridad y de pertenencia en la zona, simplemente porque los vecinos prefieren un ambiente bello a un escenario olvidado y descuidado que en algunos casos atrae inseguridad y desorden.

La estética se convierte hoy en la nueva herramienta en la guerra del comercio, dejando ver las serias dificultades que tienen las zonas comerciales como el eje de cueros y calzado de Chapinero, donde la falta de cooperación entre los vendedores y la ausencia de un sistema inteligente de parqueaderos no ha permitido que se lleve a cabo el proceso de un centro comercial a cielo abierto. Digamos las cosas como son: si no es bello, mucha gente prefiere no ir.

La aceptación de la belleza, más allá de ser un ideal social y una presión cultural, es la respuesta de las comunidades ante lo sensible y lo agradable, más aún en un mundo audiovisual. Esta situación no es homogénea, ya que las concepciones de estética se diferencian por edades y regiones, mas los mínimos comunes se plantean sobre la base de las tendencias básicas de los contenidos urbanísticos, situación que se aprecia a simple vista ante el minimalismo estético que se presenta con grandes corredores y extensas paredes de colores pálidos o metalizados.

¿Qué tan efectivo es? Mucho. Y si no lo cree, vaya al mercado Romi de la calle 114 con séptima y después a la Olímpica 8 cuadras al sur, y pregúntese: ¿Por qué prefiero comprar la misma bolsa de leche en un local que en otro?

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