domingo, 3 de mayo de 2009

NOS QUEDAMOS CON EXCEDENTES, La Republica

NOS QUEDAMOS CON EXCEDENTES
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
Especial para La República

El incomprendido discurso de la competitividad y la productividad nos ha lleva a direccionar erradamente los objetivos de las empresas y de nuestra economía.

Bajo la premisa de producir bienes y servicios con valor agregado para ser competitivos en el entorno globalizado, hemos direccionado nuestras líneas de producción a productos finales para el mercado de alta capacidad de compra, con la idea de poder penetrar los mercados vecinos y aquellos que son considerados desarrollados, buscando un mayor margen de rentabilidad y un mayor prestigio de la marca.

Este direccionamiento de producción a introducir cada vez más valor agregado, desemboca un fenómeno claro: producimos para exportar y perdemos el interés en el mercado interno. Lo que en otras palabras significa que exportamos lo mejor y nos quedamos con los excedentes de exportación, lo cual es evidentemente, una mala comprensión del comercio internacional.

Históricamente hemos actuados así, como es claro en el caso del café, donde exportamos las cargas de mejor calidad y dejamos al mercado interno un grano bastante simple. Esto se hace buscando vender a mejor precio en mercados de mayor capacidad de compra, aumentando el flujo de divisas a la economía, pero la población dentro de nuestras fronteras se ve forzada a comprar productos de baja calidad o importados, lo que ha causado que la balanza comercial al final sea negativa.

La industria china y la norteamericana han tenido esto claro desde hace mucho tiempo: las exportaciones son excedentes de producción competitivos en el mercado global. Por esto las personas viajan a Estados Unidos a comprar cosas y China ha invadido el mercado mundial con productos baratos para los mercados desabastecidos en ingresos medios y bajos.

Hoy Colombia está cayendo en esta trampa sistemáticamente. Nuestra producción de confecciones está claramente direccionada a la exportación, como consecuencia de la escuela de la maquila y no han visto el enorme potencial del mercado interno (más de 10 billones pesos al año); igualmente, la industria automotriz produce autos de gama alta y esto no encaja correctamente con el mercado local.

Si nuestra economía sigue enfocada al mercado externo, dejará descuidado el mercado interno que lentamente se desplazará a lo que las importaciones le ofrezcan y esto sin duda reducirá las ventas, ya que por nuestros imaginarios culturales, creemos más en los productos extranjeros. Por otra parte cabe recordar la paupérrima capacidad de compra de nuestro mercado, que sin duda puede mejorar si direccionamos la oferta al mercado interno, ya que podríamos producir bienes y servicios de bajos precios, que aumentarían la calidad de vida de la población hasta que esta tenga la capacidad de comprar bienes con alto valor agregado.

Hoy, el comercio global se enfría y los mercados internos se convierten en la solución a la crisis. No dejemos que nuestra productividad migre como lo hacen continuamente las personas más capacitadas de nuestra población, dejando atrás el país que les dio todo para ser lo que son.

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