lunes, 25 de mayo de 2009

¿LEGALIZAR O NO?, El Nuevo Siglo

Sábado 23 de mayo de 2009

Asimetrías
¿LEGALIZAR O NO?
Por Camilo Herrera Mora

La semana pasada el expresidente mexicano Fox se unió a las voces de exmandatarios latinoamericanos pidiendo la legalización de la mariguana, El Espectador presento un reportaje sobre el éxito de la descriminalización de la droga en Portugal y al mismo tiempo el General Bonnet declaraba que la estrategia contra el narcotráfico no es la solución.

Mientras tanto el mundo ve publicaciones científicas indexadas mostrando los beneficios del cannabis en muchas enfermedades y con sorpresa vemos esta planta en las importaciones legales de los Estados Unidos.

Este debate se calienta en la medida que la comunidad internacional comienza a presionar al gobierno Obama para un cambio radical en el modo de enfrentar este tema; lo que tiene alta significación en el mundo latinoamericano, donde se concentra el 95% de la producción y oir palabras de legalización en gobierno que fueron “antinarcóticos” es claramente un golpe muy fuerte a las acciones militares a la oferta y la falta de políticas claras en el tema de la demanda de estupefacientes.

Los discursos se enfocan en la falta de resultados y el aumento del consumo, haciendo el inevitable símil a la prohibición del alcohol a comienzos del siglo XX. Quizás algunos consideren que es momento de comenzar la legalización de un mercado con la mariguana, que sin duda es la droga que menos afecta el comportamiento y bien podría servir como un primer paso para reducir la violencia creada por estos cultivos.

De lo que no se habla es de la capacidad de la industria latinoamericana de aprovechar este mercado y de la inexistencia de los canales de comercialización de este bien. La verdad es que la industria tabacalera sería la más capaz de absorber rápidamente esta oportunidad de mercado y no la industria latinoamericana, continuando el esquema de países productores y países cultivadores.

Al final todo es por el negocio. Curiosamente de los países cultivadores son los expresidentes que marcan posición, aunque sin duda la aproximación es por el problema social y delicuencial, pero el debate debe llegar a donde tiene que llegar: ¿Quién se va a quedar con el negocio?

Colombianada: mientras tanto nuestro gobierno quiere volver a criminalizar la dosis personal pese a que el mundo entero hace lo contrario.

¿Y EL CONSUMO QUÉ?. La República

¿Y EL CONSUMO QUÉ?
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
Especial para La República
camiloherrera@raddar.net
colombiador.blogspot.com

Curiosamente este gobierno que tiene en su haber uno de los mejores crecimientos económicos del siglo, una fuerte expansión de las exportaciones y de la inversión, pero el consumo parece estar olvidado.

A final de 2.008, según las cuentas del DANE y algunos estudios de RADDAR, se aprecian una serie de situaciones que fácilmente alertaban la desaceleración del consumo en Colombia en 2.008 y 2.009. Estas son las cifras:

Durante los cuatro años del gobierno Pastrana, el salario mínimo legal vigente (SMLV) creció 51,6%, y durante seis años de gobierno Uribe sólo ha subido 61,30%; situación que al tener una inflación reducida (34% en 1.999-2.002, y 44,3% entre 2.003-2.008), nos deja que la capacidad de compra aumento en el periodo Pastrana de 13% y de 11,78% con el actual mandatario.

Esto evidencia que se redujo el crecimiento de la capacidad de compra del colombiano, al punto que en 2.008 se dio una corrección monetaria y no aumento real.

Sumando esto a crecimientos de la inversión a niveles del 20% anual, la participación del consumo de hogares pasó del 70% al 62%, mostrando claramente que en este gobierno se tiene como herramienta de política económica el control del consumo, ya que no solamente existe una contracción en la capacidad de compra sino la aplicación una serie de políticas claras de control de consumo como la prohibición del consumo de cigarrillo, el alto precio de la gasolina, el aumento del recaudo de pensiones, controles de precios y el aumento del IVA.

Esto evidencia que ante un aumento del capital en la economía y la contracción efectiva de la demanda interna, la mano de obra comenzaría tener problemas tan pronto la caída en la inversión se presentara. Lo cual ocurrió.

Esto nos lleva a mayores tasas de desempleo y contracción de la demanda interna como vimos en el primer trimestre de este año con una caída del 3% con respecto al trimestre anterior. Es cierto que bajará la inflación, que el desempleo se da por un aumento del PEA y que la economía no caerá como en otras latitudes, pero sin duda las políticas “anticonsumo” han causado mella.

Ahora es momento de reaccionar, aunque ya sea un tanto tarde. Se debe pensar seriamente en políticas que fomenten el consumo, pero no de bienes durables como carros y electrodomésticos, sino de cosas de primera necesidad, porque ya los mercados están relativamente actualizados en este tipo de bienes; pero el problema del vestuario, las industrias culturales y los licores comenzará a sentirse en cualquier momento.

Es momento de reaccionar y comprender que la demanda es la que hace a la oferta.

martes, 12 de mayo de 2009

SIN FUTURO, El Nuevo Siglo

Sábado 9 de mayo de 2009

Asimetrías
SIN FUTURO
Por Camilo Herrera Mora

Uno de los problemas que tienen los colombianos es que no piensan en el futuro y algunos creen que ni siquiera lo tienen.

Este paradigma causa serios problemas en el actuar de las personas. Vivimos tanto en el presente que olvidamos que el tiempo corre, y el ahorro, las pensiones, las inversiones y hasta las mismas cesantías no son importantes para las personas, ya que significan un sacrificio presente para un beneficio futuro, condicionante que está claramente vinculado a nuestras costumbres de crédito y de vivir endeudados.

Este fenómeno se replica en la falta de pensamiento de largo plazo y de planeación, por esto fallamos en el manejo del tiempo, llegamos tarde a todos lados y se nos olvida pagar las cuentas. Vivimos tanto el momento que fácilmente dejamos atrás ocupaciones por un mal manejo del tiempo. Esto nos lleva a que no consideremos que el mañana viene, lo que nos hace tomar las decisiones incorrectas.

La otra parte de este fenómeno es que muchos creen que ya no tienen futuro o que este ni siquiera existe, por esto toman decisiones de corto plazo y buscan la riqueza de la manera más rápida. Por esto tenemos que devolverles el futuro a los colombianos.

Hoy no creemos en las personas mayores y nos dejamos tentar fácilmente por la contratación de personas jóvenes altamente calificadas pero sin experiencia y nuestra productividad y capacidad de interacción y negociación en los mercados se ve vulnerada. Igualmente en el mundo político caemos en trampas como las reelecciones premiando a las personas que hacen algunas cosas bien, cerrando el futuro a otros líderes que vienen construyendo nuevas propuestas.

Debemos equilibrar calificación, experiencia y alternancia para asegurar un mañana, de lo contrario seguiremos generando una sociedad donde las personas no tienen un futuro al cual ascender y seguiremos pensando que el día a día es más importante que pensar en el mañana.

Colombianada: no creemos en la gente mayor, pero de niños le creíamos todo a nuestros padres y los admirábamos.

Colonmbiador.blogspot.com

domingo, 3 de mayo de 2009

¡QUÉ MAL EJEMPLO!, El Nuevo Siglo

Sábado 2 de mayo de 2009

Asimetrías
¡QUÉ MAL EJEMPLO!
Por Camilo Herrera Mora
Colombiador.blogspot.com

Lo ocurrido el fin de semana pasado es inaceptable. Un jugador fingen una falta para lograr una ventaja significativa, haciendo parecer culpable a otro que inmediatamente es sancionado, y su respuesta a este engaño es “el futbol es de vivos y no de bobos”; para terminar este intolerable hecho, parte de la hinchada y de los llamados “expertos del futbol” están indignados porque la comisión arbitral quitó la injusta sanción del árbitro y sancionó al jugador de futbol por una fecha.

Nuestra sociedad no puede permitir la mentira y las trampas y señalar la justicia como indignante; si nuestros deportistas actúan de esta manera, simplemente lo hacen porque históricamente lo hemos permitido y esto mina nuestra sociedad, que lentamente llega a un ladinismo inmanejable.

Parte de la hinchada aplaude al jugador y clama por impunidad, mientras la comisión arbitral intenta corregir el error de uno de sus jueces, soportando la presión de la comunidad del futbol.

Afortunadamente la mayoría de la ciudadanía esta escandaliza con el suceso, ya que muestra a un ídolo juvenil haciendo trampa para ganar, sin pensar en las consecuencias. Y tristemente se han escuchado frases como “bueno, pero no mataron a nadie”, lo cual es inaceptable, pero dolorosamente cierto.

El futbol hoy refleja lo peor de nuestra sociedad: impunidad, trampas, violencia, juventud sin rumbo, alcohol, drogas, mediocridad profesional, directivas incompetentes, competencia salvaje y el total dominio del dinero, donde el fin justifica los medios y lo importe es ganar y no el futbol en sí mismo. Tristemente demuestra muchos de los extremos de nuestra dolida sociedad.

El futbol, con el cual crecimos algunos, como ejemplo de trabajo en equipo, de superación personal y de mecanismo de autoestima, hoy es una caldera de vicios, trampas y mediocridad. Así, es imposible que este deporte y espectáculo funcione, ya que algunos hinchas decidieron no llevar a sus hijos al estadio porque no es seguro y no volvieron a usar la camiseta, porque una cosa es querer al equipo y otra cosa es ser blanco de violencia. Si un futbolista hace lo que sea por ganar, la hinchada hace lo mismo.

Colombianada: Mientras aplaudimos a un jugador que hace trampa para ganar, aceptamos que el gobierno cambie las normas para seguir gobernando.

NOS QUEDAMOS CON EXCEDENTES, La Republica

NOS QUEDAMOS CON EXCEDENTES
Por Camilo Herrera Mora
Presidente de RADDAR
Especial para La República

El incomprendido discurso de la competitividad y la productividad nos ha lleva a direccionar erradamente los objetivos de las empresas y de nuestra economía.

Bajo la premisa de producir bienes y servicios con valor agregado para ser competitivos en el entorno globalizado, hemos direccionado nuestras líneas de producción a productos finales para el mercado de alta capacidad de compra, con la idea de poder penetrar los mercados vecinos y aquellos que son considerados desarrollados, buscando un mayor margen de rentabilidad y un mayor prestigio de la marca.

Este direccionamiento de producción a introducir cada vez más valor agregado, desemboca un fenómeno claro: producimos para exportar y perdemos el interés en el mercado interno. Lo que en otras palabras significa que exportamos lo mejor y nos quedamos con los excedentes de exportación, lo cual es evidentemente, una mala comprensión del comercio internacional.

Históricamente hemos actuados así, como es claro en el caso del café, donde exportamos las cargas de mejor calidad y dejamos al mercado interno un grano bastante simple. Esto se hace buscando vender a mejor precio en mercados de mayor capacidad de compra, aumentando el flujo de divisas a la economía, pero la población dentro de nuestras fronteras se ve forzada a comprar productos de baja calidad o importados, lo que ha causado que la balanza comercial al final sea negativa.

La industria china y la norteamericana han tenido esto claro desde hace mucho tiempo: las exportaciones son excedentes de producción competitivos en el mercado global. Por esto las personas viajan a Estados Unidos a comprar cosas y China ha invadido el mercado mundial con productos baratos para los mercados desabastecidos en ingresos medios y bajos.

Hoy Colombia está cayendo en esta trampa sistemáticamente. Nuestra producción de confecciones está claramente direccionada a la exportación, como consecuencia de la escuela de la maquila y no han visto el enorme potencial del mercado interno (más de 10 billones pesos al año); igualmente, la industria automotriz produce autos de gama alta y esto no encaja correctamente con el mercado local.

Si nuestra economía sigue enfocada al mercado externo, dejará descuidado el mercado interno que lentamente se desplazará a lo que las importaciones le ofrezcan y esto sin duda reducirá las ventas, ya que por nuestros imaginarios culturales, creemos más en los productos extranjeros. Por otra parte cabe recordar la paupérrima capacidad de compra de nuestro mercado, que sin duda puede mejorar si direccionamos la oferta al mercado interno, ya que podríamos producir bienes y servicios de bajos precios, que aumentarían la calidad de vida de la población hasta que esta tenga la capacidad de comprar bienes con alto valor agregado.

Hoy, el comercio global se enfría y los mercados internos se convierten en la solución a la crisis. No dejemos que nuestra productividad migre como lo hacen continuamente las personas más capacitadas de nuestra población, dejando atrás el país que les dio todo para ser lo que son.

MEJOR SER SEGUNDO, El Nuevo Siglo

Sábado 25 de abril de 2009

Asimetrías
MEJOR SER SEGUNDO
Por Camilo Herrera Mora

Los colombianos tenemos la curiosa necesidad de ser los primeros, y esto ha causado en nuestro comportamiento un claro rompimiento con las normas, la realidad y la autoestima.

Cuando manejamos siempre queremos pasar al que va adelante, en el trabajo queremos tener un mejor puesto y un mejor salario, y hasta queremos ser mejores que nuestros hermanos. Esta enfermiza competencia nos lleva a buscar los caminos más efectivos para lograr nuestras metas sin importar lo que debamos hacer para lograrlo. Esto ha minado nuestra sociedad, ya que las apariencias son más necesarias que las realidades.

Este sofisma que transforma a las personas todos los días, nos está llevando a idealizar a las personas que logran ser las primeras, a tal punto que estamos dispuestos a olvidar cómo lo lograron. Esta estructura de valores menoscaba las interacciones sociales, ya que cualquier relación interpersonal está regida por esta premisa y conlleva a que siempre estemos discutiendo por quién tiene la razón.

Quizá, es momento de pensar que ser segundo es mucho mejor. El segundo tiene la oportunidad de mejorar y no tiene la presión de mantenerse en el primer lugar.

Sin duda este planteamiento en una sociedad tan competitiva como la nuestra tiene algo de herético, pero si se piensa con un poco de calma es una clara solución a muchas de nuestras cotidianidades, ya que significa muchas cosas: uno no lleva la vía, la lleva el otro; que se puede ceder un turno a una persona necesitada; que se respeta la fila; que no importa quién es uno porque al final es igual a cualquiera.

Este concepto debería ser una premisa fundamental en la formación escolar, pese a que en los deportes, el mercadeo y la música siempre buscamos quién es el primero, al punto que algunos deportistas afirman que un segundo lugar no vale nada, y sin duda en la contienda electoral esto es mucho más evidente.

Pero queda una pregunta en esta curiosa premisa competitiva que nos rige, ¿De qué sirve tener el primer lugar en la meta, si tenemos el último en ética?

Colombianada: Desafortunadamente esta premisa esta tan entronizada, que en algunos medios puede la chiva sobre la verdad.

Colombiador.blogspot.com